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Voy a contaros nuestro recorrido en cuanto qué comen las peludas con quienes compartimos sofá, primero porque son peludas adoptadas y segundo porque cuando llegaron yo no tenía ni idea alguna de qué era un perro.

A veces, como responsables del bienestar de nuestros compis animales andamos algo despistados y nos dejamos influenciar inadecuadamente incluso por profesionales de la salud animal. Os presento a Neux (mix vizla de unos 10 años) que llegó en acogida en 2012 por sufrir diabetes, ya vino con un pienso especial carísimo bajo la pata. Y a Blanka Kalcetines (carea de unos 5 años) que rescatamos del campo en 2013 con desnutrición y las patitas delanteras como «torcidas».

Neux empeoraba a pasos agigantados, no era diabética, en realidad sufría un desequilibrio brutal por las situaciones y cambios vividos, su estrés le estaba pasando factura. Cuando la adoptamos, un mes después, decidí no dar ese pienso y dar comida casera cocinada, sin mucha idea por mi parte, aún así se recuperó físicamente.

Tras un tiempo, por mi comodidad volví a un pienso de «alta gama» recomendado y vendido por la clínica veterinaria a la que acudía.

Cuando incorporamos a Blanka, nos apuntamos al mismo pienso y unos compuestos nutricionales básicamente calcio creo recordar, que corrigieron la desviación de sus patas.

Un tiempo después comienzo a cuestionarme su alimentación dentro de un proceso de aprendizaje de lo que es y necesita un perro, me sorprende darme cuenta de lo que efectivamente «son» la mayoría de los piensos del mercado, lo vendan o no en una clínica veterinaria y retomo la comida casera cocinada pero ya voy escuchando hablar de la dieta cruda, leo algún libro, etc y enredando en la red doy con la que será a partir de entonces la clínica veterinaria de confianza para mí y mis peludas compis.

Quizá vamos ya 3 años de seguir esta dieta como base de su alimentación y he observado mejoras en general tanto física como emocionalmente. Si hay algo que me parece fantástico es la posibilidad que ofrece de que ellas hagan algo más que tragar desde un bol.

La variedad de formas, texturas, aromas, tamaños…etc de las piezas que pueden ofrecérsele es muy amplia, además al permitir que la coman donde quieran les acerca más a su naturaleza y eso está genial, les permite ser perros: agarrar con las patas un hueso y variar la postura varias veces para ver por donde roer mejor, perseguir un huevo crudo que rueda por el suelo, coger una carcasa y llevársela a otro lugar donde sentirse más cómodo o seguro.

Neux rara vez comerá del bol excepto el triturado de verduras y frutas camuflado con sardina de lata. Cogerá las piezas y las comerá en el suelo. (Basta con poner una tela vieja y se colocará en ella para comer sin mancharte el suelo). Si quieres que disfrute aún más, envuelve el trozo por ejemplo una carcasa entera en tela bien prieta haciendo algún nudo para que tenga que desgarrar y llegar al alimento. Esas acciones y estimulación mental no las puede dar ningún otro tipo de alimentación.

Blanka más insegura intentará llevarse lo que sea al sofá del salón … Evito darle trozos muy grandes para que no los pasee por la casa y parezca una película gore.

Ahora, es cierto que la comida casera cocinada les flipa y me hacen literalmente «la ola», es lo que más les gusta (mucho más aromática claro) y los fines de semana suelo cocinarles  carne o pescado, vísceras, verduras…). Las vísceras y el pescado crudos no les gustan nada.

Tengo pienso en casa, para algún imprevisto, como «premio» durante el paseo o a veces para juegos de olisqueo. En la residencia canina donde pasan algunos días un par de veces al año toman pienso y jamás ha habido problemas con los cambios de una alimentación a otra.

No todos los piensos son una porquería, pero sinceramente, que un perro esté toda la vida comiendo pienso no me parece cuidar de su bienestar conociendo los beneficios aparte de los puramente nutricionales que aporta una alimentación natural.

Te comparto una de las viñetas que aparecen en mi libro Cosas de Perros (Editorial Circulo Rojo, septiembre 2017) donde entre las anécdotas y reflexiones también hablo de lo que comen nuestras compis.